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sábado, 15 de agosto de 2015

Ciudades de Papel (2015)

“Muy bonito —dijo mi madre. Me gustaba que se gustaran entre sí—. Pero, en el fondo, ¿no es eso también lo que hace tan difícil que entendamos que los demás son seres humanos exactamente igual que nosotros? Los idealizamos como dioses o los descartamos como animales.”

La película de la que os vengo a hablar hoy no es la típica película de amor adolescente. Ni siquiera es una típica película adolescente. Hoy os voy a hablar de Ciudades de Papel.

Esta basada en el libro del mismo título de John Green (autor de la ya adaptada Bajo la misma estrella) y, al igual que esta, transmite un mensaje sobre el que tendríamos que reflexionar todos: ¿cómo vemos a la gente? Este mensaje es mas claro al leer la novela (que termine una semana antes de ir a ver la película) por lo que, si os gusta leer y os gusta la película, deberíais leerlo.

¿De qué va la historia? Es difícil de explicar sin hacer ningún spoiler. Básicamente es un chico, Q (Nat Wolff, que ya aparecía en la primera adaptación), que busca a su desaparecida vecina, de la que lleva enamorado toda la vida: Margo Roth Spielgman (Cara Delevigne), una chica misteriosa donde las haya.

“Qué engañoso creer que una persona es algo más que una persona.”
Los cambios respecto a la novela, pese a ser más numerosos que en la anterior película de John Green, son a mejor. Por ejemplo, hay relaciones demasiado precipitadas en el libro y que en la película están más desarrolladas, ves cómo evolucionan. O personajes que reciben la atención que se merecen. Desde luego me dejo muy buen sabor de boca.
Y además, hay un cameo especial para las seguidoras de este autor. No dire el nombre, pese a que ya imaginareis de quien se trata, pero si diré que en la sala de cine hubo un grito histérico que aun me hace reír al recordarlo.

Me permitiréis que a partir de aquí haga una pequeña reflexión, como gran admiradora de esta historia, así que PUEDEN haber SPOILERS A CONTINUACION: esta historia trata sobre la madurez y sobre como vemos a las personas (el mismo John Green en una entrevista dijo que trataba el tema de como idealizamos a las personas, por ejemplo a nuestro primer amor). Las personas que hayáis leído el libro (o que penséis hacerlo) os debéis haber dado cuenta de ello en numerosas ocasiones: la conversación con la madre de Q, el juego en el coche, e incluso el mismo protagonista al hablar de las diferentes Margo que existen según a quien se le pregunte. El final de la película es mas positivo que el libro. Pese a que "su milagro" no es lo que él esperaba, Q descubre que siempre a tenido un milagro a su lado, del que nunca se había dado cuenta: sus amigos. ¿Qué conclusión podemos sacar, entonces? Desde mi humilde opinión, creo que todos y sin excepción tendemos a ver a la gente de una manera, a encasillarlos en una "categoría": populares, raros, empollones... En la película podemos ver perfectamente el caso de Lacey quien, asociada a la popularidad, nunca la relacionan con su lado "friki" (soy una gran fan del momento Pokemon en la película). Sin embargo, a medida que vamos madurando, tendemos a aceptar a las personas tal y como son (no tienen porque caernos bien, y aún así también seguimos juzgando a alguien por su aspecto). FIN DE POSIBLES SPOILERS

Lo cierto es que esta historia hace reflexionar. Y cada vez que recuerdo una escena me vuelvo paranoica pensando en su significado. Una gran historia para unas personas de papel como nosotros.


“-Por supuesto. ¿Sabes cuál es tu problema, Quentin? Siempre esperas que la gente no sea quien es. Quiero decir que yo podría odiarte por llegar siempre tarde, por preocuparte solo de Margo Roth Spiegelman y por no preguntarme nunca cómo me va con mi novia… pero me importa una mierda, tío, porque eres así. Mis padres tienen una tonelada de Santa Claus negros, pero está bien. Ellos son así. A veces estoy tan obsesionado con una página web que no contesto cuando me llaman mis amigos o mi novia, y también está bien. Así soy yo. Me aprecias igualmente. Y yo te aprecio a ti. Eres divertido e inteligente, y es verdad que apareces tarde, pero al final siempre apareces.
—Gracias.
—Sí, bueno, en realidad no estaba echándote piropos. Solo digo que tienes que dejar de pensar que Ben debería ser como tú, y Ben tiene que dejar de pensar que tú deberías ser como él, y a ver si os calmáis los dos de una puta vez.”

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